Tradicionalmente, el proceso de enseñanza-aprendizaje se ha centrado más en la enseñanza que en el aprendizaje, pues mucho se ha investigado sobre nuevas metodologías de enseñanza (aula invertida, design-thinking, aprendizaje basado en retos, gamificación, etc.). En esta dirección, los docentes se han formado en los últimos años en estas nuevas metodologías, así como en el uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) y tecnologías del aprendizaje y el conocimiento (TACs) de cara a mejorar la calidad de su docencia. En este contexto, los estudiantes han debido adaptarse a cada una de estas situaciones, que incluso pueden ser diferentes entre diferentes docentes o diferentes asignaturas de un mismo docente.

Sin embargo, se está obviando el segundo componente del proceso (el aprendizaje de los estudiantes), haciendo que la docencia deba ser “la misma” para todos los estudiantes. En este sentido, todos los docentes deberíamos conocer cómo aprenden nuestros estudiantes, para así adaptar nuestras metodologías de enseñanza al perfil específico de nuestros estudiantes (y no al revés). Como docentes, debemos hacer “atractivos” nuestros contenidos a todos y cada uno de los alumnos para que se despierte su interés o se facilite su aprendizaje.

Por tanto, de aquí en adelante, se debería adaptar las metodologías de enseñanza a los estudiantes y no al revés. Además, se hipotetiza que los alumnos podrán alcanzar un grado mayor de adquisición y profundización de conocimientos, pues tendrán más interés hacia ellos. Por hacer un símil con otras áreas de estudio, no a todas las personas se les prescribe el mismo fármaco ante enfermedades diferentes, o se les planifica el mismo programa de entrenamiento ante diferentes objetivos a conseguir. En este sentido, el futuro de la educación superior debería pasar por la personalización de las enseñanzas, hasta donde las metodologías y el uso de las TICs y TACs lo permitan.

La enseñanza debe estar centrada en el estudiante. Para ello, los docentes deberán adaptar la forma de presentación de sus contenidos, a las características de los estudiantes y las diferentes variables ambientales (características de la escuela/aula).

Dentro del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), incluso el docente más reticente a la innovación ha tenido que llevar a cabo acciones, aunque sean mínimas, para tratar de dar mayor protagonismo al alumnado, en los últimos años, en procesos de aprendizaje autónomo y colaborativo, y desplazar la idea de la lección magistral como único método de enseñanza. En este sentido, se están utilizando metodologías activas que favorecen formas de aprender diversas que tratan de ajustarse a la heterogeneidad y complejidad del alumnado.

Una de estas metodologías es el “Flipped Classroom”, cuya traducción más literal es “dar la vuelta a la clase”, ya que esta metodología aboga por invertir el orden más tradicional que se seguía en las clases presenciales: lección magistral, dudas y trabajo fuera del aula, por lección magistral fuera del aula y trabajo en el aula, permitiendo sacar el máximo provecho de la presencialidad en el aula/laboratorio, etc. Las explicaciones de carácter teórico o de procedimientos que tenían lugar dentro de la clase, se ofrecen en formato digital para que los estudiantes lo estudien y analicen de forma autónoma y, en el tiempo presencial en el aula, se realizan todas aquellas actividades, ejercicios o casos prácticos, entre otros, que antes tenían lugar fuera de ella, favoreciendo un aprendizaje más significativo. Supone, por tanto, llevar la lección aprendida, o parte de ella, a clase para aprovechar las horas lectivas en la resolución de dudas, la realización de ejercicios prácticos, propiciar el trabajo en equipo, el desarrollo de un proyecto, la solución de un caso/reto/problema… o cualquier otra actividad que el docente planifique como pueden ser: exposiciones de los estudiantes, aprendizaje cooperativo, demostraciones… Con ella, se pretende fomentar la autonomía, el pensamiento crítico y las competencias digitales, así como fortalecer el aprendizaje.

Con este proyecto, para asegurar el éxito en el aprendizaje de los estudiantes, adicionalmente al “Flipped Classroom”, se propone seleccionar y adaptar las metodologías de enseñanza a sus estilos de aprendizaje, entendiéndolos como las preferencias o tendencias que tienen las personas como método propio para aprender (Camarero Suárez, F., Buey, F. M. D., & Herrero Diez, J., 2000). La forma de conocer los estilos de aprendizaje con los que los estudiantes aprenden se puede determinar a través de diferentes cuestionarios. Por un lado, podemos destacar el inventario de estilos de aprendizaje de Kolb (Kolb, A., & Kolb, D. A., 2013), en el que se destacan 9 estilos:

1. El estilo iniciador se distingue por la capacidad de iniciar acciones para afrontar experiencias y situaciones.
2. El estilo experimentante se distingue por la capacidad de encontrar significado a partir de una profunda implicación en la experiencia.
3. El estilo creador se distingue por la capacidad de crear significado observando y reflexionando sobre las experiencias.
4. El estilo reflexivo se distingue por la capacidad de conectar experiencias e ideas a través de una reflexión sostenida.
5. El estilo analizador se distingue por la capacidad de integrar y sistematizar ideas a través de la reflexión.
6. El estilo de pensamiento se distingue por la capacidad de implicación disciplinada en el razonamiento abstracto, las matemáticas y la lógica.
7. El estilo de decisión se distingue por la capacidad de utilizar teorías y modelos para decidir soluciones a problemas y cursos de acción.
8. El estilo de actuación se distingue por una fuerte motivación por la acción dirigida a objetivos que integren personas y tareas.
9. El estilo de equilibrio se distingue por la capacidad de adaptarse de manera flexible sopesando los pros y los contras de actuar versus reflexionar y experimentar versus pensar.

Por otro lado, podemos encontrar el cuestionario de estilos de aprendizaje de VARK (https://vark-learn.com/home-spanish/), en el que se destacan 4 estilos:

1. El aprendizaje visual: Aquellos estudiantes que asimilan muy bien las imágenes, gráficos, diagramas, vídeos y otros materiales del mismo estilo, pero no son tan buenos estudiando con textos escritos. Con estos estudiantes, se propone incidir más en la presentación de los contenidos organizados en recursos de este tipo en el aula (gráficos, diagramas, vídeos, etc.), así como pedirles las “tareas para casa” en esta misma dirección (que dibujen sus ideas o ejercicios, las intenten convertir en mapas mentales o esquemas, usen símbolos, generen iniciales o acrónimos, etc.).
2. El aprendizaje auditivo: Aquellos estudiantes que aprenden mejor cuando escuchan (a menudo descuidan sus apuntes o no toman apuntes), por lo que el profesor debe esforzarse en ser un buen comunicador, pues cuanto mejor se comunique mejor aprendizaje tendrán los alumnos. También les ayudará el transmitir sus ideas en voz alta, así como el uso de recursos de audio como podcasts.
3. El aprendizaje por lectura y escritura: Aquellos estudiantes que aprenden mejor leyendo o escribiendo, y se sienten muy cómodos recibiendo la información por escrito, presentada en listas, folletos, libros o manuales. Leer y releer los contenidos les ayuda a retener la información. Habitualmente toman apuntes palabra por palabra, y aprenden más fácilmente de profesores que incluyen mucha información en las oraciones que pronuncian. Si se les presenta información visual (imágenes), aprenden mejor si la convierten en texto o en listas. Para las “tareas para casa” se podrían utilizar recursos de texto online, e-books, artículos, libros, etc.
4. El aprendizaje kinestésico: Aquellos estudiantes que aprenden haciendo, manipulando y tocando. Estos estudiantes necesitan llevar las cosas a la práctica y realizar las cosas por sí mismos. Para ello, requieren de estímulos externos para no perder el interés, por lo que el profesor debe asegurar un nivel elevado de motivación en estos estudiantes, a través de la presentación de diferentes proyectos o retos. Estos alumnos también toman apuntes, aunque sea para mantener sus manos ocupadas, pero expresan sus ideas y conceptos en su propio lenguaje. Con estos estudiantes, hay que buscar la aplicación práctica de lo estudiado, y crear un entorno de inmersión en el que cooperar y poder moverse.
5. El aprendizaje multimodal: Es el más habitual (en torno al 60% aprenden con una combinación de los estilos anteriores), aunque siempre hay una preferencia que destaca sobre las otras.

El objetivo principal de este proyecto es potenciar el aprendizaje de los estudiantes del Departamento de Salud y Rendimiento Humano, de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF), de la Universidad Politécnica de Madrid.

Derivados de este objetivo principal, se plantean los siguientes objetivos específicos:

• Adaptar los contenidos y las metodologías de enseñanza a los estilos de aprendizaje de los estudiantes.
• Fomentar el aprendizaje autónomo de los estudiantes.
• Fomentar la reflexión autónoma y la capacidad crítica de los estudiantes ante nuevos aprendizajes.
• Maximizar el tiempo disponible dentro del aula para la resolución de dudas u otras actividades que provoquen un aprendizaje significativo en los estudiantes.
• Estudiar el efecto de esta metodología en las tasas de éxito de las asignaturas del Departamento de Salud y Rendimiento Humano.

Con el desarrollo de este proyecto, se pretende no solo abordar CUÁNDO los contenidos son ofrecidos y reforzados a los estudiantes (a través de la metodología “Flipped Classroom”), si no CÓMO estos deben ser presentados a los estudiantes, adaptados a sus estilos de aprendizaje (entendiéndolos como las preferencias o tendencias que tienen las personas como método propio para aprender). Creemos que los alumnos podrán alcanzar un grado mayor de adquisición y profundización de conocimientos, pues los contenidos se les presentarán de una forma más atractiva, utilizando todos los recursos tecnológicos disponibles, favoreciendo así su aprendizaje activo e incrementando el interés hacia ellos. Una mayor motivación de los estudiantes hacia las diferentes asignaturas también podría contribuir a disminuir las tasas de absentismo que, con mayor frecuencia, se observa en las aulas, alentándoles a asumir la responsabilidad de su propio proceso de aprendizaje.

Por otro lado, el acceso a los diferentes materiales docentes adaptados permitirá a los estudiantes establecer su propio ritmo de aprendizaje. Esta situación facilitará que los estudiantes aborden las fases menos complejas del aprendizaje de forma autónoma (motivación, conocimiento y comprensión), permitiendo optimizar el tiempo en el aula para fases más complejas (aplicación y validación).

La inclusión de esta metodología activa en todas las asignaturas permitirá hacer un mejor seguimiento del estudiantado, permitiendo una retroalimentación más acertada del proceso y facilitando la evaluación progresiva. Sin olvidar que la total personalización que se plantea con este proyecto permitirá prestar una mejor atención a la diversidad del alumnado, así como abordar la perspectiva de género y la inclusión. Por otro lado, el “trabajo en el aula”, el cual se beneficiará de un mayor tiempo disponible para profundizar sobre los contenidos, también podría contribuir especialmente al desarrollo del pensamiento crítico del alumnado, de aquello que ha preparado “fuera del aula”.

Adicionalmente, consideramos que un proyecto tan transversal y multidisciplinar, como este que se presenta, contribuirá a mejorar la coordinación horizontal y vertical de las asignaturas del Departamento de Salud y Rendimiento Humano. Se espera que esta metodología repercuta en los sistemas de evaluación de los resultados de aprendizaje, consiguiendo mayores tasas de éxito.

Por último, es interesante destacar que este proyecto de innovación educativa contribuirá al desarrollo de los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):

• ODS 4 (Educación de calidad): La total personalización sobre cómo los contenidos se enseñan a los estudiantes permitirá maximizar la calidad de la enseñanza.
• ODS 11 (Reducción de las desigualdades): Con este proyecto se pretende llegar no solo a la mayoría del estudiantado, en cuanto a estilo de aprendizaje se refiere, sino también a aquellos estudiantes que tienen un estilo de aprendizaje más minoritario.
• ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos): La coordinación horizontal y vertical de este proyecto contribuirá a que cada vez más personas y proyectos enfoquen sus esfuerzos hacia el logro de los objetivos de desarrollo sostenible.

Este proyecto tendrá un diseño experimental aleatorizado (evitando sesgos de selección), en el que se pretende manipular la metodología docente (como variable independiente) para observar el efecto sobre ciertas variables dependientes (rendimiento académico, motivación, interés hacia la asignatura, etc.). Para aumentar su validez y generalización, se intentará controlar las variables confusoras (como pueden ser los conocimientos previos).

En las asignaturas Anatomía funcional del aparato locomotor, Kinesiología y sistemática de la actividad física y del deporte, y Nutrición, deporte y valoración de la condición física se seleccionarán los grupos control e intervención de forma aleatoria, pues son asignaturas que tienen más de un grupo (AB, CD, EF y GH). Sin embargo, para la asignatura de Kinantropometría, al ser grupo único, todos los estudiantes serán grupo intervención, y se tomará como grupo control el alumnado del curso académico 2022-23, que precisamente es una asignatura en la que se están realizando exámenes parciales tema a tema desde los últimos cursos académicos. Ambos grupos (intervención y control) recibirán las mismas actividades de evaluación (sobre contenidos académicos y sobre el desarrollo del proyecto).

Como punto de partida, se utilizará el cuestionario VARK de estilos de aprendizaje, previamente validado (Alkhasawneh IM, et al., 2008; Drago, W. A., & Wagner, R. J., 2004; Dutsinma, L.I.F., Temdee, P., 2020; Moayyeri, Hessam, 2015; Prithishkumar IJ, Michael SA., 2014; Seyal, AH., Rahman, MNA, 2015; Vasileva-Stojanovska T., et al., 2015), para todos los estudiantes que reciban docencia por parte de los profesores miembros del GIE. Para este proyecto, se tomarán en cuenta solamente los resultados del cuestionario de las asignaturas propuestas. El resto de resultados se analizará para valorar su posible implantación en un futuro próximo, en el resto de asignaturas. Esto permitirá a los docentes participantes en este proyecto conocer si sus estudiantes tienen estilos de aprendizaje más visuales, auditivos, lectores/escritores, kinestésicos o una combinación de todos ellos. A continuación, mientras que el grupo control seguirá recibiendo la metodología que habitualmente se utiliza en cada una de las asignaturas seleccionadas, para el grupo intervención se plantea la siguiente metodología:

Una vez conocidos, el docente los distribuirá en diferentes grupos de Moodle, habilitando la posibilidad de hacerles llegar los contenidos personalizados (trabajo fuera del aula de la Metodología “Flipped Classroom” o “Aula Invertida”) adaptados por los becarios hacia estilos más visuales (generando gráficos, diagramas, esquemas, etc.), más auditivos (generando podcasts), más lectores (compartiendo textos, listas, infografías, etc.) o más kinestésicos (sugiriendo la puesta en acción de los contenidos). Después, para el “trabajo en el aula”, el docente seleccionará la forma de presentación de los contenidos en el aula, adaptándolos a la mayoría de sus estudiantes. Además, tendrá la posibilidad de recalcar aquellos contenidos más complejos de la asignatura con recursos más acordes a los estilos de aprendizaje minoritarios en el aula, maximizando así la adquisición de estos contenidos por aquellos alumnos que presentan más dificultades ante metodologías más “tradicionales”.

El desarrollo del presente proyecto se dividirá en 3 fases diferenciadas:

Primera fase (aproximación)

Durante esta fase, que se desarrollará durante el primer trimestre del año 2024, coexistirán dos objetivos claramente diferenciados. Por un lado, integrar el cuestionario de estilos de aprendizaje de VARK en la plataforma Moodle de todas las asignaturas partícipes de este proyecto y, por otro lado, preparar los recursos que se entregarán a los estudiantes en el desarrollo del “Aula Invertida” en los dos últimos meses del curso 2023-24 (abril y mayo de 2024) y los primeros meses del curso académico 2024-25 (septiembre y octubre de 2024). Los profesores participantes en este proyecto deberán poner a disposición de los becarios del proyecto sus materiales docentes, con el objetivo de que los becarios puedan generar versiones visuales, auditivas, lectoras/escritoras, kinestésicas de los mismos. Estos “contenidos” se subirán a Moodle, en función de los grupos asignados previamente, y se utilizarán dentro de la metodología “Flipped Classroom” planteada, que se realizará en la segunda fase del proyecto.

Segunda fase (intervención)

Esta fase englobará la parte final del curso 2023-24 y la parte inicial del curso académico 2024-25, con el objetivo de poder probar esta metodología de forma piloto, en las asignaturas de ambos semestres. Además, la existencia del periodo vacacional entre ambas intervenciones permitirá optimizar los procesos en que esta metodología puede ser realizada. Debido a que la convocatoria de proyectos de innovación educativa de la UPM obliga a comenzar el proyecto a partir de febrero de 2024 y a la finalización de este en octubre de 2024, con la entrega de la memoria final, este proyecto no puede más que abordar esta metodología de forma piloto en ambos semestres, con una duración de dos meses cada uno. Aun así, será interesante este abordaje pues se podrá analizar en qué asignaturas o para qué tipos de contenidos es más válida esta nueva metodología.

Como se ha indicado anteriormente, con este proyecto se pretende aplicar un cuestionario de estilos de aprendizaje a los estudiantes, previo al inicio de las sesiones “Flipped Classroom”, de cara a seleccionar el modo en que los contenidos serán “ofertados” a los estudiantes, facilitando su asimilación y despertando el interés por profundizar más en ellos. Estos alumnos se agruparán en diferentes estilos de aprendizaje dentro de las asignaturas de Moodle. Posteriormente, se utilizará la metodología “Flipped Classroom” en los temas seleccionados por el profesorado. Por tanto, se les hará llegar los “materiales docentes adaptados” a los estudiantes en función de sus estilos de aprendizaje, para que los puedan estudiar previamente a la asistencia a la sesión de clase presencial (trabajo fuera del aula) y, así, aprovechar mejor el tiempo presencial en el aula (trabajo dentro del aula) para afianzar los contenidos y resolver posibles dudas o ejercicios/casos prácticos planteados en el aula. Se hipotetiza que todo esto se traduciría en una mejora sustancial en la calidad de la enseñanza. Cabe esperar que, si se crea un entorno propicio para el aprendizaje, los estudiantes se involucrarán más en el proceso (pues se han tenido en cuenta sus preferencias de aprendizaje) y aprenderán mejor.

Al inicio de las sesiones presenciales, el profesor evaluará los aprendizajes del estudio autónomo guiado, para comprobar si el estudiante ha realizado las tareas previas (a través de cuestionarios, fichas, o alguna herramienta gamificada como Mentimeter, Kahoot, etc.). De esta manera se puede recabar información y valorar si han realizado las tareas previas y si han comprendido lo fundamental de ellas. También puede servir para conocer si hay alguna duda común o alguna dificultad que necesite la intervención del profesor. Resulta especialmente importante evaluar todo el proceso y ofrecer feedback a los estudiantes ya que, si los alumnos no perciben que lo que hacen en casa se tiene en cuenta y se valora, es muy probable que pierdan interés y puedan abandonar dichas tareas, ya que lo que se pretende con esta propuesta es aumentar la implicación y el compromiso de los estudiantes con su proceso de aprendizaje.

Durante toda esta fase, el profesor tiene un papel fundamental en la planificación de todo el proceso. Es el encargado de dar el máximo sentido al aprendizaje que los estudiantes lograrán. Además, el profesor debe estar pendiente a las dudas, dificultades o cuestiones que puedan tener en el transcurso de su estudio autónomo (a través de un sistema de comunicación fluido que asegure la eficacia de las tutorías presenciales, virtuales, etc.); y ofrecer la información básica y los conocimientos principales para que, a partir de ellos, los estudiantes puedan ir más allá, descubrir su utilidad mediante su aplicación a la vida real e incluso puedan profundizar en algún campo concreto que luego podrán presentar a sus compañeros. En todo momento, los estudiantes deben sentirse autónomos pero acompañados, guiados por el profesor. Encontrar este equilibrio es tarea del docente, en la que la experiencia y el ensayo/error juegan un papel fundamental. Por último, el profesor tiene un rol determinante en la evaluación y, como en cualquier metodología activa, deberá recoger toda la información posible de los procesos de aprendizaje seguidos por los estudiantes, así como valorar las actividades y pruebas realizadas a lo largo del proceso. Todo ello enfocado a la evaluación formativa y continua.

A su vez, los estudiantes, de la mano de la responsabilidad y el compromiso, serán los protagonistas de su proceso (aprendizaje autónomo). Ellos, con la ayuda del profesor, construirán sus redes de conocimientos a través de la práctica en el aula y fuera de ella. Persistir, motivar, animar, reforzar e incentivar el estudio previo pueden ser estrategias para que los estudiantes vayan implicándose en las dinámicas.

Tercera fase (análisis de los resultados y elaboración de la memoria final)

En cada uno de los dos periodos de intervención, se realizarán evaluaciones sobre el proceso y el rendimiento académico, así como también se podrán hacer comparaciones entre los diferentes grupos del proyecto (control e intervención). Cabe esperar que al hacer las sesiones de clase más “atractivas” también el proyecto tenga un efecto en el absentismo universitario, aspecto que deberá ser valorado. Adicionalmente, para evaluar el proceso y el trabajo presencial, se realizarán actividades como pruebas, cuestionarios, ejercicios, rúbricas, actividades, exposiciones o presentaciones en clase, etc., y/o los propios exámenes enmarcados dentro del proceso de evaluación progresiva.

Finalizadas las dos intervenciones (segundo semestre 2023-24 y primer semestre 2024-25), durante la segunda quincena del mes de octubre de 2024, se tratará de realizar una síntesis sobre las principales conclusiones del proyecto, en base a los resultados obtenidos. En este análisis, no solamente se explorará el efecto de esta nueva metodología docente en el rendimiento y satisfacción académica de los estudiantes, sino que también se pretenderá conocer cuáles son las principales limitaciones de esta metodología, de cara a implementarla de forma global dentro del Departamento de Salud y Rendimiento Humano.

Por otro lado, esta fase culminará con la elaboración de la memoria final del proyecto, describiendo el desarrollo del proyecto y sus conclusiones, así como su memoria económica. Además, se detallarán las actividades realizadas, la formación recibida y las competencias adquiridas.

Seguimiento

Una vez concedido el proyecto, ambos coordinadores se reunirán con el resto de los miembros del proyecto, para decidir qué temas específicos de cada una de las asignaturas seleccionadas se impartirán siguiendo la metodología propuesta y cuántas sesiones requieren cada uno de ellos. En estas reuniones, los profesores coordinadores de estas asignaturas indicarán en qué semanas del calendario académico deberán ser impartidas, y para qué fechas los materiales docentes deben estar preparados. En estas reuniones también se acordará qué herramientas de evaluación se utilizarán durante el proyecto y en qué momento éstas serán utilizadas, que permitan determinar si se han conseguido los objetivos del proyecto de forma satisfactoria, tanto para los estudiantes como para los docentes. También se coordinará cómo el cuestionario de estilos de aprendizaje de VARK se introducirá en las asignaturas de Moodle en las que los miembros desempeñan su labor docente, y cómo sus resultados serán extraídos y analizados. En este sentido, será interesante conseguir información sobre los estilos de aprendizaje de la totalidad de los estudiantes que reciben formación por parte de los profesores miembros de este proyecto, independientemente de que esa asignatura esté incluida o no en este proyecto piloto, pues será información relevante que nos permitirá inferir cómo los resultados obtenidos en este proyecto se podrían extrapolar al conjunto del Departamento de Salud y Rendimiento Humano.

Una vez que se incorporen los dos estudiantes becados al proyecto, se establecerá una reunión, junto con los coordinadores y los profesores responsables de cada una de las sesiones a desarrollar con esta metodología, para planificar las tareas a desarrollar y cómo éstas deberán ser abordadas. Estas reuniones se realizarán de forma periódica, cada semana, para supervisar las etapas del proyecto. Además, se intentará identificar posibles contratiempos y determinar soluciones a estos durante su implementación.

Adicionalmente, los coordinadores se reunirán con el resto de los miembros del proyecto, durante el mes de junio de 2024 (una vez finalizado el curso académico 2023-24), para abordar los siguientes aspectos previo al comienzo del primer semestre del curso académico 2024-25:

• Evaluación, cuantitativa y cualitativa, de los resultados obtenidos en las dos asignaturas piloto del curso académico 2023-24, que han utilizado la metodología propuesta.
• Análisis de la experiencia desarrollada y planteamiento de propuestas de mejora para las dos asignaturas piloto propuestas para el curso académico 2024-25.
• Propuesta de redacción y presentación de trabajos en revistas de innovación educativa de alto impacto y congresos internacionales de educación.

Finalmente, todos los miembros se reunirán en la segunda quincena de octubre de 2024 para aprobar la memoria final del proyecto.

Evaluación

En cada uno de los dos periodos previstos en la segunda fase (intervención), se realizarán evaluaciones sobre el proceso (seguimiento, motivación, expectativas, etc.), así como también se podrán hacer comparaciones entre las calificaciones obtenidas por los estudiantes clasificados en grupo control y grupo intervención.

Al inicio de las sesiones presenciales, el profesor evaluará los aprendizajes del estudio autónomo guiado, para comprobar si el estudiante ha realizado las tareas previas (a través de cuestionarios, fichas, o alguna herramienta gamificada como Mentimeter, Kahoot, etc.). De esta manera se puede recabar información y valorar si han realizado las tareas previas y si han comprendido lo fundamental de ellas. También puede servir para conocer si hay alguna duda común o alguna dificultad que necesite la intervención del profesor. Resulta especialmente importante evaluar todo el proceso y ofrecer feedback a los estudiantes ya que, si los alumnos no perciben que lo que hacen en casa se tiene en cuenta y se valora, es muy probable que pierdan interés y puedan abandonar dichas tareas. Y lo que se pretende es aumentar la implicación y el compromiso de los estudiantes con el aprendizaje.

Adicionalmente, para evaluar el proceso y el trabajo presencial, se realizarán actividades como pruebas, cuestionarios, ejercicios, rúbricas, actividades, exposiciones o presentaciones en clase, etc., y/o los propios exámenes enmarcados dentro del proceso de evaluación progresiva.

Finalmente, en la tercera fase (análisis de los resultados y elaboración de la memoria final), se realizará una síntesis sobre cómo se ha abordado el proyecto, con sus fortalezas y limitaciones, así como los diferentes productos obtenidos y los resultados conseguidos por el mismo. Toda esta información permitirá, no solo elaborar la memoria final del proyecto, si no preparar diferentes publicaciones científicas, así como presentar trabajos en congresos de innovación educativa.

De este proyecto surgirán los siguientes productos resultantes:

• Recursos educativos (apuntes) adaptados (trabajo fuera del aula) a los estilos de aprendizaje de VARK para, al menos, dos temas de cada una de las asignaturas propuestas.
• Recursos de evaluación (trabajo dentro del aula) para conocer el seguimiento y el aprendizaje de los estudiantes (Mentimeter, Kahoot, etc.).
• Diseño de una estructura por la cual esta metodología puede ser implementada en el futuro a través de la plataforma de tele enseñanza Moodle, a todas las asignaturas del Departamento.

Estos productos tendrán la potencialidad de ser transferidos tanto interna como externamente a la UPM, pues la metodología “Flipped Classroom” y el cuestionario de estilos de aprendizaje de VARK puede ser aplicado a todas las áreas de conocimiento existentes.

En el futuro, dándole continuidad al proyecto en años sucesivos, será interesante evaluar los aprendizajes permanentes (si son más retenidos por los estudiantes involucrados en el proyecto) en el largo plazo, interpretando que esta metodología ha podido propiciar una mejor asimilación de los mismos. Esto aseguraría que los estudiantes han conseguido más eficazmente las competencias propuestas para el Grado, habilitándoles para una mejor actividad profesional.

Una vez concedido el proyecto, se divulgará a través de las redes sociales de la Facultad, para su conocimiento por parte de los estudiantes.

Posteriormente, con el objetivo de atraer a estudiantes de cuarto curso del Grado, pues consideramos que tendrían más capacidad para adaptar los contenidos de las asignaturas al ser más conocedores de sus contenidos y de la importancia de cada uno de ellos, se promocionarán ambas becas en todos los foros de noticias de la plataforma Moodle, en todas las asignaturas del Departamento de Salud y Rendimiento Humano.

Una vez finalizado el proyecto, también se prevé la difusión de los resultados y principales conclusiones, a través de:

• Artículos de innovación Educativa.
• Trabajos presentados en Congresos de Innovación Educativa.

El proyecto se desarrollará en el Departamento de Salud y Rendimiento Humano, a través del GIE Innovación Docente en Salud y Rendimiento Humano (innoSyR).

Si este proyecto piloto consiguiera resultados prometedores, se podría colaborar con:

• Servicio de Innovación Educativa: compartiendo la experiencia sobre utilización del cuestionario de estilos de aprendizaje de VARK en la UPM, en su página web.
• Instituto de Ciencias de la Educación (ICE): generando una actividad de formación continua para profesores de la UPM, basada en la utilización del cuestionario de estilos de aprendizaje de VARK en metodologías de Aula Invertida.
• Máster Universitario de la UPM de Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional: compartiendo la experiencia sobre utilización del cuestionario de estilos de aprendizaje de VARK en la UPM, a través de un seminario.